Dependiendo del tamaño de las empresas y el volumen de facturación, el ahorro por concepto de emisión, envío, recepción, almacenaje, búsqueda, firma, devolución, pago, envío, etc... representan un gasto que es posible reducir de manera inmediata por nuestra facturación electrónica en base a los siguientes puntos:
Facilidad de información, tanto en la recepción como en el envío de la facturación
Ahorro en el gasto de papelería, amigable con el medio ambiente
Facilidad en los procesos de auditoría de las empresas
Mayor seguridad en el resguardo de los documentos
Menor probabilidad
de falsificación
Agilidad en la
localización de información
Eliminación de espacios para almacenar documentos históricos
Procesos administrativos más rápidos y eficientes
Reducción de costes
Mejora de la eficiencia
Aumenta seguridad documental
Reducción en tiempos de gestión
Mayor agilidad en la toma de decisiones
Reduce errores en el proceso de generación, captura, entrega y almacenamiento
Registro de la hora, el minuto y el segundo de emisión del comprobante fiscal digital (sello del fechador)
Contabilidad automatizada
Facilidad para el cálculo de impuestos
El control tributario se incrementa con la factura electrónica, ya que permite un mayor control del cumplimiento tributario y simplificación de la fiscalización.